Respirar es algo que hacemos habitualmente sin darnos cuenta, pero si hablamos de respiración consciente estamos hablando de prestar atención a nuestra respiración, de tomar consciencia del hecho de respirar.
La respiración consciente es un término vinculado a las técnicas de mindfulness o consciencia plena que estamos trabajando en el colegio desde el curso pasado.
Con este tipo de respiración conseguimos relajarnos, volver a la calma y, además, nos permite una mayor concentración.
Es importante que la pongamos en práctica cada vez que nos ocurre algo que nos pone nerviosos o nos hace perder el control de nuestras emociones.
Hemos aprendido a practicarla en nuestra Aula Zen, sentados en el suelo, con las piernas cruzadas, la espalda bien recta y las manos apoyadas en las rodillas.
En principio, la maestra va dirigiendo esta respiración, contando mientras los niños van inhalando y exhalando. Contamos: 1 inhalan, 1 exhalan, repitiendo el proceso del 1 al 10 y del 10 al 1.
Hemos practicado la misma respiración pasándonos una piedrecita de una mano a otra cada vez que inhalamos o exhalamos.
Nos hemos tumbado en el suelo poniendo la piedrecita en la barriga para notar cómo se hincha cuando entra el aire y como se deshincha cuando el aire sale.
También lo practicamos en clase, sentados en nuestro sitio, cada vez que estamos alterados.
Los niños lo toman como una práctica habitual y cada vez que se ven en una situación que les sobrepasa se les indica que respiren conscientemente para volver a la calma.
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