Cuando estés nervioso, enfadado, angustiado, estresado, respira. La respiración consciente es una técnica de relajación y es la base de la que parte el mindfulness.
Hay un corto que nos explica de una manera muy clara cómo funciona nuestro cerebro cuando estamos alterados y nos da una solución para controlar nuestras emociones.
Se trata del vídeo "Solo respira" de Julie Bayer Salzman y Josh Salzman. La inspiración para realizarlo les vino tras escuchar a su hijo de 5 años hablando con sus amigos acerca de cómo las emociones afectan diferentes áreas del cerebro y cómo calmarse tomando unas respiraciones profundas.
Para los más pequeños hay que leérselo, porque está en inglés, con subtítulos en castellano.
En él compara nuestro cerebro con el bote de la calma de la metodología Motessori.
Cuando estamos alterados nuestro cerebro funciona igual que si agitamos el bote, toda la purpurina está revuelta. Según vamos respirando, nos vamos calmando y dejamos de tener ese lío en el cerebro, como cuando la purpurina del bote va bajando lentamente y acumulándose en el fondo.
En nuestra sesión de relajación hemos visto el vídeo, asegurándonos de que lo entienden bien y hemos realizado unos ejercicios físicos con los niños con el fin de imitar un cuerpo alterado, para que notaran claramente la agitación de su corazón. Después nos hemos sentado, hemos cogido un bote de la calma, lo hemos agitado y nos hemos quedado mirándolo fijamente mientras realizábamos nuestras respiraciones conscientes lentamente.
Ahora nuestro cuerpo está relajado y la purpurina del bote ha bajado.
Los niños han visto de una manera gráfica cómo funcionamos por dentro. Y han comprendido que la respiración es una buena manera de gestionar nuestras emociones.
Se trata del vídeo "Solo respira" de Julie Bayer Salzman y Josh Salzman. La inspiración para realizarlo les vino tras escuchar a su hijo de 5 años hablando con sus amigos acerca de cómo las emociones afectan diferentes áreas del cerebro y cómo calmarse tomando unas respiraciones profundas.
En él compara nuestro cerebro con el bote de la calma de la metodología Motessori.
En nuestra sesión de relajación hemos visto el vídeo, asegurándonos de que lo entienden bien y hemos realizado unos ejercicios físicos con los niños con el fin de imitar un cuerpo alterado, para que notaran claramente la agitación de su corazón. Después nos hemos sentado, hemos cogido un bote de la calma, lo hemos agitado y nos hemos quedado mirándolo fijamente mientras realizábamos nuestras respiraciones conscientes lentamente.
Los niños han visto de una manera gráfica cómo funcionamos por dentro. Y han comprendido que la respiración es una buena manera de gestionar nuestras emociones.
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